Medio muerto
En medio del furor político de la coyuntura existente, donde nuestro país está partido por la mitad y todavía aun, una parte del electorado está indeciso y no define su voto, me acorde de esa frase que me dijo un amigo, es que estamos: “A dos tiempo de un tiempo”, son dos propuestas diferentes, una más radical que la otra, con diferentes matices.
El nivel de incertidumbre político, se refleja en el tipo de cambio de la moneda americana, que determina el precio de los insumos que importamos, que afecta a la canasta familiar y por ende a los bolsillos de la mayoría.
Lo cual me hizo recordar una historia en particular, era fin de mes de agosto del 2011, era Supervisor de Ventas en una trasnacional de telecomunicaciones y llegó a primera hora de la mañana a mi equipo de trabajo, Giancarlo, de estatura mediana, de sosegada apariencia y de buen vestir, me esperó con una paciencia inusitada todo el día y con una sonrisa apacible, me disculpé y le dije que así son los cierres en este negocio, ya casi era de noche y nos fuimos a Miraflores a tomar un Capuccino, donde le conversé como era el trabajo y lo que esperaba de él, le comenté que necesitaba su compromiso y que de mi parte iba recibir todo el apoyo.
Pasaron dos meses de aquel día y se manejaba de manera aceptable, su gestión de negocios era regular, sus números estaban en ascenso, hasta que un día desapareció, le revente el teléfono, lo llamaron sus compañeros, lo buscaron y nada, desapareció, se lo trago la tierra, no daba señales de vida, paso por mi cabeza muchas cosas, me cuestione y me dije a mi mismo, le he fallado, me sentí mal.
Estaba por iniciar el mes de diciembre y fue tan grande mi asombro al ver cruzar el umbral de la puerta de la oficina, al jefe de recursos humanos que prácticamente lo trajo de la manito al hijo prodigo, Giancarlo, y me dijo: si regresa a trabajar con nosotros va ser solamente con tu visto y en tu equipo, pero sabes que, me replico: por favor primero escúchalo, lo tenía al frente no lo podía creer, parecía un ánima, parecía que su alma había abandonado su cuerpo , estaba desalineado, triste, avergonzado y con la moral baja, sentí alegría al verlo y tranquilidad, pero a la vez quería matarlo, así que exclame y le pregunte:¿Qué paso? y ahí me narro lo que había pasado, me dijo: Sabes hermano, Mi papá no pago las tres cuotas de un crédito hipotecario, nos desalojaron de mi casa y mis muebles y enseres de mi hogar a la calle, he vivido en la intemperie tres largas semanas con mi familia expuesto a que nos roben o hagan daño, viviendo de la caridad de los vecinos, porque mi familia directa nos dio la espalda.
Cuando escuche todo esto, me quede perplejo, cada palabra que pronunciaba era sentida y me pidió una oportunidad, me dijo: necesito el trabajo, la verdad no sé dónde ir, pensé: ¿quién era yo para negarle tal petición?, fui directo y firme, le contesté: te voy a dar una oportunidad, pero a la primera que me falles te vas ,y le puse cuotas altas, las cuales fueron superadas los siguientes meses, para alegría de todos, sobre todo su familia y el mismo.
La carrera de Giancarlo, es ascendente y progresiva, ha ido avanzando y escalando por las diferentes áreas de la misma trasnacional, ahora es un Ejecutivo Corporativo, y como decía el Gerente de nuestra oficina Eduardo: “El Cielo es el Límite”, y pienso que él todos los días se acerca, por su actitud, por su perseverancia, jamás se rinde, es una esponja, aprende de todos y saca lo mejor de cada quién, lo cual le aporta en su vida personal y laboral, el ejercicio diario lo convierte en un atleta comercial de primera.
Cuando escucho a agentes inmobiliarios, que no están convencidos de esta labor tan noble, que es la de gestionar el sueño de una familia, les cuento la historia de Giancarlo, que prácticamente empezó de cero, que la mejor arma, es ser honesto con el cliente y no ofrecer algo que no se va a cumplir, es la única manera de generar confianza con el cliente, de ahí parte todo, se edifica una relación, la cual va ser para toda la vida, de ahí saldrán es un hecho, la fila de referidos, que van a nutrir tu cartera, tanto de captaciones como pedidos de propiedades de todo tipo.
Me comentaba siempre un amigo, cuando visualizas algo, y estas convencido de que aplicándolo va resultar, no lo pierdas de vista, porque todo lo que se enfoca se expande.
Antes Giancarlo vivía en Villa El salvador y ahora vive en una zona exclusiva en el distrito de Surco, al lado de su familia, y vive todos los días de su vida retándose a sí mismo y capacitándose de manera permanente, para lograr la Excelencia.
- Nombre: Luis Alexander Quiroz Valverde
- Empresa: Re/max Family