Agente inmobiliario, ¿en qué momento dañaste tu profesión?
Quienes entienden el negocio de los Bienes Raíces son conscientes de la importancia de trabajar con un agente inmobiliario, pero para la gran mayoría somos meros intermediarios que sumamos nuestra comisión al precio de una vivienda o, yendo al otro extremo, malbaratamos las propiedades con tal de venderlas rápido. Nada más lejos de la realidad, salvo algunas deshonrosas excepciones.
Este mal concepto lo atribuimos al desconocimiento, pero siendo honestos, en parte nos lo hemos ganado a pulso nosotros mismos, los asesores inmobiliarios. No meto a todos en un mismo costal pero justos pagan por pecadores.
Agente inmobiliario, ¿en qué momentos le hiciste daño a tu profesión?
- Cuando conseguiste un inmueble en Exclusiva y como viste que no tenía movimiento dejaste de promocionarlo y contestar las llamadas del propietario.
- Cuando llamaste al propietario y te hiciste pasar por un cliente por varios minutos para luego contarle que en realidad eras agente inmobiliario.
- Aquella vez que alteraste los datos en tu valoración de mercado con tal de que el precio del inmueble obtenido no sea muy bajo y desanime al propietario de contratarte.
- Cuando aceptaste trabajar sin un contrato de corretaje, porque “eran tus conocidos y de confianza”.
- La vez que llevaste a un amigo para que se haga pasar por un cliente en una visita delante del propietario para hacerle una propuesta muy por debajo de lo que este pedía y así bajar el precio a su propiedad fácilmente.
- Cuando no fuiste capaz de defender tu propia comisión y te terminaron contratando solo por ser el más barato.
- Cuando ocultaste una mejor oferta de compra porque venía de otro asesor inmobiliario y no querías compartir tu comisión 50-50.
- Cuando tocaste directamente la puerta de una propiedad en venta de otro agente inmobiliario para quitarle al cliente.
- Cuando intentaste negociar directamente con el cliente del agente inmobiliario con el que supuestamente colaborabas.
- Cuando captaste un inmueble y no invertiste adecuadamente en el marketing del inmueble.
- Cuando manipulaste al propietario para que acepte una oferta prácticamente “de remate”, porque necesitabas esa comisión.
- Cuando presionaste a tu cliente a aceptar una oferta de alquiler sin revisar adecuadamente los antecedentes del inquilino.
¿Se te ocurre alguna otra manera en que un agente inmobiliario le causa daño a su profesión? Te invito entonces a escribirla en los comentarios.
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