Lección de Vida | Anécdotas Inmobiliarias
Hasta el día de hoy me acuerdo, estaba finalizando Julio de 2011, era ejecutivo de ventas, de una trasnacional conocida, en el rubro de telecomunicaciones, y literalmente me encerraron, en la oficina del gerente general, fueron el jefe de recursos humanos y el jefe de ventas, me dijeron hemos visto que tú eres el idóneo para asumir el cargo de Supervisor de Ventas, les juro me quede de una sola pieza, casi petrificado, cuando salí de mi estado de shock, me dijeron empiezas mañana.
Me fui a mi casa caminando del distrito de San Isidro a San Luis, me tomó 50 minutos llegar a mi hogar, pensando cómo le iba hacer, que les iba a decir y transmitir a mis ejecutivos, no pude dormir ese día, tome un lapicero y unas hojas bond, y me puse a esquematizar mi plan de trabajo, cuando se reflejaron los primeros rayos sobre los ventanales de mi sala, ya era de día, tome un desayuno ligero y me dirigí al trabajo.
Llegue puntual, y el jefe de recursos me recibió, y me dijo ya tengo la nómina de tu equipo de trabajo y le vamos a sumar tres nuevos, con eso completas diez personas, paso media hora y ya tenía mi equipo completo, cada uno se presentó y al final hice lo mismo, tenía un mix entre juventud y experiencia.
Manos a la obra
Nos trazamos los objetivos y las metas, hasta fin de año, pero nuestra prueba de fuego era agosto, paso la primera semana y los resultados no eran los esperados, variamos la metodología en un treinta por ciento, para la segunda semana, el marcador se movió apenas la primera quincena.
El fin de semana, me comencé a cuestionar, si fue bueno decir que si para el puesto, así que para el lunes a primera hora, solicite prestado la sala de reuniones y le explique a mi equipo en media hora lo que era un FODA, a detalle, y ese mismo momento le entregue hojas a cada uno, para que desarrollaran el suyo, al cabo de la siguiente media hora, todos entregaron sus hojas, de las cuales uno tan solo tenía nombre y apellido, me miro y me dijo, no tengo la mínima idea de lo que tengo que hacer, avergonzado y un poco acongojado, no te preocupes le dije, yo te ayudo, esbozo una tímida sonrisa.
Kenyon, así le decíamos, era de contextura gruesa, usaba gafas, tenía un aspecto bonachón y un corazón de oro.
Me dije a mi mismo, lo voy a formar de tal manera que destaque y se gane el respeto de todos, así que él fue mi punto de partida para ejercer la docencia con mis demás ejecutivos.
Lo primero que les enseñe a definir y conceptualizar, dos temas claves:
- Saber escuchar
- Saber observar.
Les dibujada - la verdad no soy tan bueno dibujando - una oreja y un ojo tan grandes que me ocupaban casi media pizarra.
Les comentaba mi experiencia de vida, en mi caso me demore demasiado tiempo en desarrollar ambas cosas, las mujeres lo desarrollan de manera natural, por eso es que maduran más rápido que nosotros los hombres.
Siempre me hace recordar los clásicos estribillos de mi madre: Hijito no hagas eso, Entiende por el amor de Dios, Porque lo hiciste, Te dije que no te cases, la lista es interminable y al último como siempre tu madre, siempre estuvo, está y estará contigo.
Nosotros somos el arquitecto de nuestro propio destino, nos define lo que hacemos y decidimos ser exitosos.
Al cabo de tres meses, era octubre, era el mes de mi cumpleaños y ese mes nos consolidamos como el mejor equipo de nuestra marca, salió un nuevo producto, y Kenyon fue el que más lo vendió, a parte de la comisión que ganó, como equipo también quedamos primero y el premio fue un desayuno para todos en el Westin, ese día fue de locos, después que disfrutamos el pingue ágape, ya nadie quería almorzar.
En la actualidad, no lo van a creer, Kenyon, es conocido en Lima Norte, como uno de los mejores Agentes Inmobiliarios, especialista en Venta de Terrenos y Locales Industriales, maneja tres camionetas del año, tiene un negocio de comidas y dos canchas de futbol con grass sintético.
Hoy me voy a encontrar con él, en el Mega Plaza, esta vez se invirtieron los papeles, porque ese ejecutivo tímido y bonachón, se ha convertido en un Inversionista importante.
Lo cual evoco a mi abuelo cuando me decía, lo que diferencia a un hombre de otro, es que a diario tienes que trabajar en tus limitaciones, de esa manera vas a incorporar más habilidades que te servirán para toda la vida, al ver el largo camino de éxito y superación de vida de Kenyon, puedo afirmar que no se equivocó.
- Nombre: Luis Quiroz
- Empresa: Remax
Revisado por: Angel Giancarlo Strat: docente, agente inmobiliario y columnista de "Con el dedo en la Llaga"