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Fuerza sin ética | Con el dedo en la llaga

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Las redes sociales y los grupo de trabajo a los que podemos acceder gracias a ellas se han convertido en una fuente inagotable de potenciales conocimientos así como una herramienta bastante interesante para poder hacer nuevos contactos, para encontrar amigos a los que no hemos visto por años y para, en nuestro caso, poder conocer a colegas con los que podamos hacer equipo y así poder agilizar nuestro trabajo, darle fluidez a nuestro inventario y lograr llevar adelante las operaciones (alquiler y/o venta) para la que somos contratados.

Todo bien hasta ahí, pero también es más fácil ahora enterarnos de aquellos casos que opacan la imagen de todos los que nos dedicamos a esta noble y hermosa labor como agentes inmobiliarios y nos llegan a dejar como simples mercachifles y aprovechadores de situaciones que no tendrían que darse entre profesionales.

En los últimos días ha circulado una denuncia por parte del señor Luis Fernando de Piérola, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente, pero cuyo caso me inclina a brindarle mi apoyo pues, lamentablemente, ninguno de nosotros estamos libres de pasar por la amarga experiencia que le ha tocado vivir e incluso algunos ya a hemos vivido.

El señor de Piérola acusa a la señora Dennise Aguilar Yáñez por presuntamente intentar quitarle a un cliente propietario a través de prácticas nada saludables y completamente falta de ética, tratando de comunicarse con el mencionado cliente directamente, queriendo dejar fuera del negocio al colega Luis Fernando y apoyándose en la marca a la que dicha señora representa (o representaba).

Las reacciones han sido bastante variadas: hay algunos que afirman que no ven nada malo ni raro en el presunto accionar de la mencionada señora, aduciendo que “si no existe un contrato de exclusividad no hay problema” como si un papel otorgara legitimidad a un acto completamente repudiable. Hay quienes señalan que este tipo de acciones han originado que tomen la decisión de no compartir las propiedades con ningún otro colega, particularmente soy un convencido de que el trabajo en equipo es fundamental en una labor como la nuestra, pues lejos de vernos como competencia si aprendiéramos a vernos como potenciales aliados podríamos avanzar a un mejor ritmo. Por último, hay quienes nos sentimos muy molestos con lo acontecido pues no vemos que exista una sanción real y contundente contra los que acostumbran a realizar este tipo de prácticas.

No creo que ofrecerle al propietario una operación comercial distinta a la que este quiso realizar con su inmueble sea suficiente motivo para intentar saltar al colega que dio el contacto inicial. Me explico mejor: si Luis Fernando ofrece el mencionado inmueble en alquiler, lo contacta una persona que señala que desea alquilar dicho predio, no menciona que se dedica al corretaje inmobiliario y luego se contacta con dicho propietario para ofrecerle vender dicho inmueble, pero dejando de lado al agente que los contactó no legitima de ninguna forma el mencionado accionar.

Ahora bien, también se ha señalado que la señorita Aguilar era parte del staff de una de las oficinas de la súper conocida REMAX, marca que lleva muchos años trabajando en el mercado peruano y es la firma con mayor presencia en nuestro país. Sin embargo, el señalar cada vez que hay alguna queja que “cada oficina es independiente y cada operación igual” en este tipo de casos le hacen un flaco favor, por más que se señale que la señorita Aguilar ya no pertenece a la marca del globo.

No tengo nada contra los colegas de REMAX, es más, tengo muy buen concepto de muchísimos asesores, agentes y brókeres que ahí trabajan, pero creo que también se debe tener mucho cuidado con la calidad de gente que ingresa a las distintas oficinas pues no es la primera vez que están señalados por prácticas nada amigables con colegas y/o clientes. Sé que dichos casos son los menos, pero lamentablemente son los que hacen más bulla.

Esperemos que las autoridades tomen cartas en el asunto y desterremos a aquellas personas que actúan de mala forma en desmedro de nuestro trabajo. No descansemos en señalar a aquellas personas que tienen este tipo de actitudes pues no es el primer caso y lamentablemente no será el último, muestra de ello es el artículo que publicamos hace unos meses donde hablábamos de “Luchito el Pillo”.

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